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La globalización y el control de enfermedades

La globalización y el control de enfermedades

Foto tomada por Manuela Echeverri en el counter de Avianca, Aeropuerto José María Córdoba

Seguramente, la palabra globalización es una de esas tantas cosas que se han cruzado en tus temas de conversación y que, a veces, no le has dado el sentido que supone en lo referente a la aparición y control de algunas enfermedades. Si es así, te invitamos a que revisemos la relación entre un evento y otro.
¿Qué es la globalización?

La globalización es un proceso de integración económica entre países, lo que hace que se genere un gran movimiento de bienes, servicios y capitales (Quiroa, 2018). Además, una de sus consecuencias es la reorganización de los sistemas productivos de cada nación con el fin de abastecer el comercio internacional (OMC, 1995) siendo uno de los efectos visibles más básicos poder ir al supermercado y adquirir productos que hacen parte de la gastronomía de otro país; incluso, que comprar ropa sea una experiencia casi multicultural, ya que todos nos hemos llevado sorpresas cuando en la etiqueta de fabricación de ese jean o camisa se puede leer un “made in…” a muchos kilómetros de distancia de donde hemos efectuado la compra.

Ahora bien, que la globalización sea un evento económico, para muchos está claro, pero al favorecerse la comunicación entre países, sus acuerdos comerciales no sólo han incentivado el movimiento de mercancías, sino de personas y animales de compañía (Council of Europe, 2017), pero ¿qué hay detrás de esos desplazamientos?

Los primeros desplazamientos

Para iniciar, hay que recordar que uno de los primeros movimientos de grandes cantidades de personas se dio con el descubrimiento de América (Villamil et al., 2008) y tras mucho debate se ha llegado a decir que, los españoles trajeron al continente enfermedades como la viruela y el sarampión y se encontraron expuestos a diferentes parásitos y a la sífilis. Claro, tampoco podemos olvidar el intenso tráfico de esclavos negros procedentes de África que a su vez, eran sacados de sus tierras en las que también había una determinada influencia de enfermedades, principalmente protozoarias (García, 2012). Todo esto llevó a que se generara un gran número de muertes a causa de virus, bacterias y parásitos, incluso hay quienes dicen que más que aquellas generadas por armas y que ésta fue una situación determinante para el éxito de la conquista de los españoles (García, 2012).

Foto tomada por: Manuela Echeverri

Entonces, si esto fue un factor determinante para que la historia se cuente tal y como la conocemos ¿qué pasa actualmente?, ¿los microorganismos siguen moviéndose de un lugar a otro “acompañando” a viajeros humanos y animales? La respuesta a grandes rasgos es sí. De hecho, y como en este momento es más fácil viajar que en otras épocas, por lo menos lo es si nos comparamos con nuestros abuelos, se llegó a la necesidad de definir conceptos como “estados zoosanitarios”, “endémico” y “vector”. Sin querer explicar a fondo pues no es nuestra finalidad, además creemos que hay personas como epidemiólogos, parasitólogos o salubristas que han hecho grandes contribuciones al respecto, queremos exponer que el primero, es la situación de un país respecto a enfermedades específicas de los animales (Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, 2017), el segundo, según la RAE hace referencia a algo propio de alguna zona o región (RAE, 2019) y los vectores son animales que se encargan de transmitir patógenos, la mayoría parásitos, de personas infectadas a sanas, desencadenando la aparición de enfermedades (OMS, 2014).

Requisitos para viajar

Es por esta razón que, muchas veces hemos tenido que revisar los requisitos en temas de vacunación antes de realizar un viaje a nivel nacional o internacional; por ejemplo, nosotras hemos tenido la experiencia de que para algunas zonas de Perú, e incluso regiones al interior de Colombia hemos tenido que aplicarnos la vacuna de la fiebre amarilla, todo esto obedeciendo a razones como que en esas áreas esta enfermedad es endémica, o se presenta frecuentemente, y en nuestra ciudad no. (Ver Expansión de la frontera agrícola y zoonosis)

Adicionalmente, esto también ha llevado a que se diseñen protocolos sanitarios para que los animales de compañía puedan viajar junto a sus propietarios disminuyendo el riesgo de que estén enfermos y que puedan alterar el estado zoosanitario del país al que quieran ser ingresados. En el caso de los caninos, la rabia es uno de los virus más importantes a ser controlados, para lo cual se debe certificar la aplicación de la vacuna y se deben medir los títulos de anticuerpos (lo cual se realiza mediante una prueba de sangre en donde, en palabras simples, se determina si el perro tiene un buen nivel de defensas contra el virus) pero ¿qué pasa cuando ingresan animales o personas enfermas a algún país?
Estados zoosanitarios y aparición de brotes
Para dar respuesta a estas preguntas hablaremos de los brotes de fiebre aftosa en bovinos presentados en Colombia en el 2017 que tras haber logrado la certificación de “país libre de aftosa” comenzó a registrar casos de bovinos enfermos en zonas como Arauca, Norte de Santander y Cundinamarca (Fonseca, 2018). Según los reportes, esta situación se originó debido al ingreso de ganado procedente de Venezuela que no cumplía con la vacunación requerida. En este escenario, muy posiblemente, algunos de estos animales ingresaron al país estando enfermos y se encargaron de enfermar a muchos otros con los cuales entraron en contacto (Ganadería, 2017) desencadenando la aparición de los brotes, que Colombia perdiera su certificación y se detuviera el comercio internacional de la carne de esta especie.
En conclusión, ingresar animales enfermos a un país puede tener consecuencias dramáticas no sólo a nivel de la salud individual sino de la salud pública, reflejándose en la pérdida de los estados zoosanitarios lo cual tiene repercusiones económicas serias. En el caso de las personas, la contingencia actual del COVID-19, ha puesto de manifiesto que la lucha contra los microorganismos es una batalla invisible, pero no por eso menos importante; por el contrario, a veces luchar contra algo que no vemos genera reacciones como la negación de su existencia haciendo mucho más difícil su control!
Referencias
  • Quiroa, M. (2018). Globalización. 5 de agosto de 2020, de Economipedia. Haciendo fácil la economía.
    Ir a sitio web
  • OMC. (1995). La globalización y la OMC:los argumentos en favor de la liberación del comercio. 4 de agosto de 2020 , de OMC.
    Ir a sitio web
  • Council of Europe. (2017). La globalización. 4 de agosto de 2020 , de COMPASS: Manual de Educación en los Derechos Humanos con Jóvenes.
    Ir a sitio web
  • Villamil, LC. Romero, JR. Cediel, N. (2008). La salud animal y la globalización. El desafío de políticas sostenibles y equitativas en el contexto de los países en desarrollo. Revista de Medicina Veterinaria, 15, pp.77-94.
  • García, G. (2012). La viruela y el sarampión fueron perfectos aliados en el éxito de conquista española de América. 5 de agosto de 2020, de SINC.
    Ir a sitio web
  • Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural. (2017). ¿A qué nos referimos con estatus sanitario?. 5 de agosto de 2020, de Gobierno de México.
    Ir a sitio web.
  • RAE. (2019). Endémico. 5 de agosto de 2020, de Real Academia Española.
    Sitio web: https://dle.rae.es/end%C3%A9mico
  • OMS. (2014). Campañas mundiales de salud pública de la OMS. 5 de agosto de 2020, de OMS.
    Ir a sitio web
  • Fonseca, P. (2018). Fiebre aftosa en Colombia: una lucha de más de medio siglo. 5 de agosto de 2020, de Contexto ganadero.
    Ir a sitio web
  • Ganadería. (2017). OIE restituye a Colombia el estatus de país libre de aftosa con vacunación. 5 de agosto de 2020, de DINERO.
    Ir a sitio web
Si vas a citar este artículo:

Echeverri, M. (Septiembre 12, 2020). La globalización y el control de enfermedades. Mapa animal. Recuperado de https://www.mapaanimal.com/problematicas-actuales/la-globalizacion-y-el-control-de-enfermedades

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Mitos y realidades

Los perros y gatos comen hierba para purgarse

Los perros y gatos comen hierba para purgarse

Foto tomada por: Maria Paula Vélez

Seguramente alguna vez hayas visto a tu perro o gato comiendo hierba y probablemente después lo hayas visto vomitar. Con seguridad, cuando lo comentaste con alguien más, esa persona te dijo que los animales hacen esto para “purgarse”, ya que es una creencia bastante común. Pues bien, en este artículo repasaremos las razones por las que los animales comen hierba y qué es lo que se esconde detrás de esta conducta tan habitual y extraña.
¿Por qué lo hacen?

Evolución Lo primero que debemos entender, es que no hay una única razón clara del por qué los perros y gatos comen hierba. Una teoría tiene que ver con su proceso evolutivo. Ellos, como descendientes de carnívoros silvestres como los lobos y los grandes felinos, mantienen algunas de las conductas de sus antepasados, incluyendo el consumo de hierbas. Cuando los carnívoros cazan no se comen únicamente el músculo de su presa, sino que también consumen órganos con el fin de garantizar una ingesta completa de nutrientes. Estos órganos incluyen los del tracto gastrointestinal y su contenido, que en el caso de los animales herbívoros está compuesto por material vegetal en diferentes grados de digestión. Un estudio realizado en Brasil que analizó la materia fecal de varias especies de carnívoros silvestres con el fin de caracterizar sus hábitos de alimentación, encontró restos de hojas en el 20% de muestras de pumas (Puma concolor), en el 44% de muestras de ocelotes (Leopardus pardalis) y en el 40% de muestras de tigrillos (Leopardus tigrinus) (Rocha-Mendes et al., 2010) (Ver Colombia: País megadiverso). Por esto, es posible asumir que la conducta de nuestras mascotas de comer hierba está relacionado con un patrón hereditario de consumir material vegetal (Sueda et al., 2008; Hart et al., 2019).

Foto tomada en uno de los Centros de Custodia de Fauna Silvestre de la Comunidad Inti Wara Yassi en Bolivia por Maria Paula Vélez.

Para calmar malestares estomacales

Otra teoría dice que, tanto los perros como los gatos comen hierba con el fin de inducir el vómito para calmar malestares estomacales. De hecho, esta conducta no es sólo atribuible a nuestras mascotas, algunos carnívoros silvestres como los pumas y jaguares también lo hacen esporádicamente; incluso yo misma, mientras estuve trabajando en un centro de custodia de animales silvestres en Bolivia, tuve la oportunidad de observar a algunos individuos de estas especies consumir hierba y en algunas ocasiones vomitar.

Se cree que la ingesta de hierba o plantas por parte de estos animales lo que hace es generar una irritación de la mucosa gástrica que desencadena la inducción del vómito y por ende la expulsión de sustancias o restos de alimentos que hayan sido consumidos previamente (Hillspet, 2019). No obstante, algunos expertos no están de acuerdo con esta idea y defienden que los animales de compañía no consumen hierba para vomitar y tampoco lo hacen porque tengan algún desorden digestivo o parasitario. De hecho, todos los caninos que participaron en un estudio universitario realizado en Australia en el año 2007, consumieron material vegetal a pesar de haber sido previamente desparasitados y examinados por un veterinario para descartar cualquier enfermedad gastrointestinal (Mckenzie et al., 2007).

Así mismo, un estudio que se llevó a cabo en un hospital veterinario en Estados Unidos en el 2008, en el que se entrevistaron a más de 3.000 propietarios de caninos sobre los hábitos de consumo de plantas en sus mascotas, reveló que este comportamiento no estaba relacionado con manifestaciones de enfermedad, sino que era una conducta habitual. El 68% de los propietarios reportó que sus perros consumían plantas o hierba con una frecuencia diaria o semanal, únicamente el 8% de ellos dijo que su mascota ocasionalmente se mostraba enferma antes de comer hierba y el 22% aceptó que después del consumo del material vegetal se podían presentar vómitos (Sueda et al., 2008).

Por su parte, un estudio similar al anterior realizado con propietarios de gatos reveló una conducta parecida a la de los perros. El 61% de los propietarios reportó haber visto a su mascota comer hierba más de 10 veces, mientras que solo el 11% de ellos reportó nunca haber percibido esta conducta. Con respecto al estado de salud aparente de los animales, el 91% de los dueños concluyó que su gato casi nunca se mostraba enfermo antes de comer hierba y que en el 27% de los casos se podía presentar vómitos después del consumo. Así como los resultados que se encontraron en los perros, la frecuencia de consumo de plantas por parte del 67% de los gatos demostró ser semanal o incluso diaria (Hart et al., 2019).

Como suplemento nutricional

Una última teoría dice que los perros y gatos adoptan esta conducta porque es su manera de suplir las deficiencias de algunos nutrientes como la fibra o algunos minerales. Sin embargo, debemos saber que incluso las mascotas que tienen dietas equilibradas y con alimentos balanceados de alta calidad también consumen hierba si tienen la oportunidad de hacerlo, lo que nos lleva a pensar que ésta no es la única razón por la que lo hacen. De hecho, en la investigación realizada en Estados Unidos y mencionada anteriormente, se llevó a cabo un análisis de las dietas de los perros de los propietarios encuestados y se determinó que ésta no jugaba un papel importante en el desarrollo del hábito de consumo de plantas (Sueda et al., 2008).

Pica

Es posible que las mascotas también experimenten una condición llamada “pica” o “apetito aberrante”, que suele ser más común en perros cachorros y consiste en el consumo de materiales como tierra, piedras, materia fecal o incluso paredes. Esta condición también se presenta de manera indiscriminada y los animales suelen superarla en la medida que crecen, se les proporciona un alimento balanceado y fuentes de entretenimiento que disminuyan el aburrimiento y los mantenga ocupados y activos. (Hillspet, 2019; Memphys Veterinary Specialists & Emergency, s.f).

En conclusión, si tu perro o gato consume hierba de manera frecuente, ya tienes claro que es un comportamiento que puede ser normal y suele no generar problemas de salud. Sin embargo, sí es importante que tengas control sobre la hierba a la que tiene acceso tu mascota, porque si ésta consume pasto que haya sido tratado con fertilizantes o insecticidas, esto sí representa un riesgo potencial para el desarrollo de una intoxicación que puede ser muy grave y requerir atención veterinaria inmediata. De igual forma, si notas que tu perro o gato empieza a aumentar la frecuencia de ingestión de pasto o material vegetal de un momento a otro y/o te das cuenta que esto está trayendo consecuencias negativas sobre su salud, lo mejor es consultar con tu veterinario de confianza para tratar de establecer la causa y corregir el problema. (Ver Campo de acción profesional)

Referencias
  • Bjone, S. J., Brown, W. Y., Price, I. R. (2007). Grass eating patterns in the domestic dog, Canis familiaris. Recent Advances in Animal Nutrition in Australia, 16, pp. 45-49.
    Ir a sitio web
  • Hart, B. L., Hart, L. A., Thigpen, A. P. (2019). Characterization of plant eating in cats. Behaviour & Nutrition en Applied ethology, p. 106.
    Ir a sitio web
  • Rocha-Mendes, F., Mikich, S., Quadros, J., Pedro, W. (2010). Feeding ecology of carnivores (Mammalia, Carnivora) in Atlantic Forest remnants, Southern Brazil. Biota Neotropica, 10(4), pp. 21-30.
    Ir a sitio web
  • Sueda, K., Hart, B., Cliff, K., (2008). Characterisation of plant eating in dogs. Applied Animal Behaviour Science, 111, pp. 120-132.
    Ir a sitio web
  • Hillspet. (2019). Why does my dog eat grass? Julio 15, 2020, de Hillspet
    Ir a sitio web
  • Memphis Veterinary Specialists & Emergency. (s.f). Why does my dog keep eating grass? Is my dog poisoned? Julio 15, 2020, de Memphis Veterinary Specialists & Emergency
    Ir sitio web
Si vas a citar este artículo:

Vélez, M. (Septiembre 13, 2020). Los perros y gatos comen hierba para purgarse. Mapa animal. Recuperado de https://www.mapaanimal.com/mitos-y-realidades/los-perros-y-gatos-comen-hierba-para-purgarse

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Retos de la veterinaria

Historia de la medicina veterinaria

Historia de la medicina veterinaria

Foto tomada en Toulousse, Francia por Manuela Echeverri

Hablar de la historia de la medicina veterinaria es evidenciar la estrecha relación que ha existido entre el hombre y los animales, siendo ésta una relación dinámica y cambiante que se ha adaptado a las necesidades del momento histórico en que nos situemos.

Por ejemplo, en el paleolítico, el hombre era cazador y aprovechaba los recursos de la naturaleza para la fabricación de herramientas y la obtención de alimento, lo cual le permitió asegurar su supervivencia y desarrollo de facultades físicas que llevaron a la consolidación de los primeros asentamientos humanos y a que, en un segundo período: el neolítico, se practicara la agricultura (Gómez et al., 2004).

Registros históricos sobre el origen de la medicina veterinaria

Ahora bien, para esclarecer el origen de la veterinaria debemos viajar a Mesopotamia y recordar el código de Hammurabi, que en sus líneas 224 y 225, describe los honorarios y consecuencias que el médico veterinario debía afrontar al realizar un tratamiento en algún animal. Línea 224: “…si el médico de animales ha tratado a un buey o un asno de un mal grave, el dueño de dichos animales dará al médico, a título de salario, un cesto de ciclo de plata”.

Línea 225: “…si el médico de los animales ha tratado a un buey o un asno de un mal grave y ha originado su muerte, pagará la cuarta parte de su precio al dueño del buey o del asno” (Rosende, 1998).

Adicionalmente, en el código de Eshnunna, se describieron los cuidados e indemnizaciones que los propietarios de algunos animales domésticos debían pagar, en caso de que éstos generaran lesiones o perjuicios a terceros (“Las leyes de Eshnunna”, 2013).

Foto tomada por: Manuela Echeverri. Estetoscopio, Termómetro, tabla con dosis, estuche y baja lenguas.

Curandería, mitos y ciencia

En este orden de ideas es importante aclarar que, la práctica de la veterinaria ha estado ligada a conceptos mitológicos y de curandería; por ejemplo en Grecia, el centauro Quirón (una figura mitad hombre y mitad caballo) representaba al educador de héroes y médico destacado.

Además era el padre adoptivo de Esculapio o Asclepio, dios del arte de curar quien a su vez se asociaba con un bastón rodeado por una serpiente. Es por esto que, actualmente Quirón representa el saber médico veterinario y en 1902, el símbolo del bastón fue adoptado unánimemente como emblema de la profesión (Gómez et al., 2004).

Adicionalmente, la civilización griega tuvo otras figuras importantes como Aristóteles, con la zoología como uno de sus mayores intereses, e Hipócrates, considerado el padre de la medicina y del cual se emplea el juramento hipocrático tanto en medicina humana como en veterinaria (claro, haciéndole algunas modificaciones). En el siglo X, bajo la orden de Constantino VII diversos autores de la época participaron en la escritura de “Hippiatrica”, que constituyó una gran recopilación sobre medicina de equinos (Gómez et al., 2004) y que fue aplicada por los árabes, especialmente en la edad media, donde dominaron el arte de diagnóstico y tratamiento enfocado sólo en esta especie, porque los consideraban elementos vitales en su cruzada para difundir la teoría de Mahoma (Rosende, 1998).

Foto tomada por: Manuela Echeverri

Ahora bien, sólo es hasta el siglo XVIII que la medicina veterinaria empezó a ser una profesión “de alto nivel”, con la apertura en Francia de las primeras escuelas donde se dictaban clases relacionadas con la corrección de fracturas, atención de partos y certificación de decesos en humanos debido a la creciente necesidad de estos saberes en las zonas rurales (Gómez et al., 2004). La primera escuela abrió en Lyon, en 1762 y se ha dicho que el origen de la enseñanza de la veterinaria en Europa surgió como una necesidad ante la aparición de diferentes enfermedades en el ganado como la peste bovina, la fiebre aftosa, la viruela en ovinos entre otras (Gómez et al., 2004).

Foto tomada por: Manuela Echeverri

 

En Colombia, en 1884 se organizó el Instituto Nacional de Agricultura donde se daban clases de veterinaria, para lo cual se contrató al Dr. Claudio Vericel y fue entonces en 1885 cuando se creó la Escuela Nacional de Veterinaria de la Universidad Nacional, lugar donde se empezaron a impartir formalmente las clases en un curso de tres años que abarcaba temas que iban desde la parasitología, anatomía y fisiología hasta los básicos de cirugía y herraje. Este curso debió ser suspendido una vez empezó “la guerra de los mil días”. No obstante, el Dr. Vericel se dedicó a la práctica privada y realizó importantes trabajos en el área de la ganadería. Además, se le atribuye la traída del primer microscopio al país y los medios de cultivo (Gómez et al., 2004).

En 1911 se da la creación del Ministerio de Agricultura y es hasta 1950 que, la Escuela Nacional de Veterinaria era el único programa de veterinaria que se tenía en el país; sin embargo, actualmente hay alrededor de 41 ofertas, 16 de medicina veterinaria y 25 de medicina veterinaria y zootecnia (Díaz, 2013). (Ver Campo de acción profesional) Entonces ¿Qué efectos pueden tener 41 programas académicos enseñando simultáneamente las bases de una profesión cada vez más compleja? Pues, lo veremos más adelante!

Referencias

  • Miguel Gómez Reyes, Luis Carlos Villamil Jiménez, Nadia Ariza Silva et al. (2004). Salud Pública Veterinaria en Colombia. Pasado, Presente y Futuro. 24 de julio de 2020, de OPS Colombia.
    Ir a sitio web
  • Sergio Rosende. (1998). Reseña histórica de 100 de enseñanza de la medicina veterinaria en Chile y su proyección futura. Avances en Medicina Veterinaria, 13. 24 de julio de 2020.
  • Las leyes de Eshnunna.
    Ir a sitio web
  • Díaz, Gonzalo. (2013). La proliferación de facultades de veterinaria en Colombia y su impacto sobre los salarios de los veterinarios. Revista de la Facultad de Medicina Veterinaria y de Zootecnia, 60(1), 09. Retrieved July 24, 2020, from Ir a sitio web

Si vas a citar este artículo:
Echeverri, M. (Septiembre 13, 2020). Historia de la medicina veterinaria. Mapa animal. Recuperado de https://www.mapaanimal.com/retos-de-la-veterinaria/historia-de-la-medicina-veterinaria

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Colombia: País Megadiverso

Colombia: País Megadiverso

Foto tomada por: Yulia Morales

Seguramente todos hemos escuchado alguna vez que nuestro país, Colombia, posee una riqueza inimaginable de recursos naturales, lo cual nos hace un territorio privilegiado muy parecido a un paraíso.

Pues bien, esta idea no se encuentra muy alejada de la realidad si tenemos en cuenta que pertenecemos al grupo de 17 países catalogados como megadiversos, en el cual se encuentran 8 naciones americanas, 5 asiáticas y 4 africanas. En dicho grupo se halla aproximadamente el 70% de la biodiversidad mundial, lo que significa una cuota importante de responsabilidad en cuanto a la preservación de ecosistemas como beneficio para la humanidad. De ese 70%, el 10% se encuentra en Colombia, lo que nos permite obtener el puesto del segundo país más biodiverso del mundo por km cuadrado (Colombia Co, s.f; González et al., 2012).

En números…

Nuestra diversidad de fauna y flora es tan grande que estamos catalogados como el país con mayor número de especies de aves (1.834) y anfibios (700), ocupamos el segundo lugar en especies de plantas con flores (26.500 aproximadamente) y somos los primeros a nivel neotropical en riqueza de helechos (1.600), musgos (976) y líquenes (1.700). Asimismo, en nuestro territorio se desarrollan 512 especies de reptiles y 492 especies de mamíferos, permitiéndonos apreciar la belleza representada en múltiples formas, tamaños y colores (Rangel-Ch, 2015).

Foto tomada por: Yulia Morales

 

Gran parte de esa riqueza se debe a nuestra localización geográfica, al hecho de que seamos un país tropical, que estemos rodeados por 2 océanos y a la presencia de las 3 cadenas de las cordillera de los Andes. Adicionalmente, nuestros ecosistemas se encuentran ubicados en todas nuestras regiones: Andes, Caribe, Orinoco, Amazonas y Pacífica; no obstante, entre ellas existen grandes variaciones en cuanto a altitud, precipitaciones, número de meses secos y condiciones de los suelos, lo que contribuye a la alta variabilidad ambiental (Etter et al., 2017; González et al., 2012; Rangel-Ch, 2015). De todas nuestras regiones, la Andina se destaca por tener la mayor concentración de diversidad de fauna y flora, siendo el hogar de 974 especies de aves, 484 de anfibios, 274 de reptiles, 349 de mamíferos, alrededor de 11.500 especies de plantas con flores y 1.050 de helechos. Por su parte, en el Chocó biogeográfico, perteneciente a la región Pacífica, se concentra la mayor riqueza de plantas de todos los biomas terrestres húmedos del mundo. (Rangel-Ch, 2015). (Ver Biomas y ecosistemas terrestres)

Foto tomada en Acandí, Chocó por Maria Paula Vélez

Nuestros ecosistemas

En Colombia se reconocen 98 tipos de ecosistemas generales que se distribuyen en marinos, costeros, terrestres y acuáticos, los últimos 3 presentando 74 ecosistemas naturales y 24 transformados por el hombre (SIAC, s.f). (Ver Ecosistemas marinos)

En el caso de los ecosistemas terrestres, cabe mencionar que para el año 2012 el 69% se encontraba en estado natural, el 7% seminatural y el 24% transformado (González et al., 2012). Asimismo, dentro de los más importantes y representativos de Colombia se destacan:

● Páramos: Son las extensas zonas en la parte superior de las cordilleras que se dan entre el bosque andino y el límite inferior de los nevados. Debido a que el suelo de los páramos puede retener grandes volúmenes de agua y regular su flujo, estos son considerados como prestadores de importantes servicios ecosistémicos para las poblaciones. Asimismo, en estas zonas se desarrollan un gran número de especies silvestres, algunas de ellas endémicas y de gran importancia para la biodiversidad. Colombia cuenta con 34 complejos de páramos, representando el 60% de la diversidad de la flora del bioma de alta montaña desde Perú hasta Costa Rica (González et al., 2012; Rangel-Ch, 2015). Todos estos complejos se ven amenazados principalmente por la reducción y desaparición de la cobertura vegetal, la perturbación de la zona, la compactación y la contaminación del suelo, al igual que el deterioro en la calidad del agua (Morales et al., 2007).

Foto tomada en el páramo de Belmira por Yulia Moralesélez

 

● Humedales de alta montaña: Estos ecosistemas corresponden a las lagunas que se ubican en las montañas, generalmente por encima de los 2.700 msnm, y son la transición entre los ecosistemas acuáticos y terrestres. En Colombia estos humedales están asociados a los altiplanos y al igual que los páramos, son importantes para la regulación y provisión de las aguas para las comunidades de la zona; por lo tanto, su deterioro puede predisponer a inundaciones y sequías (González et al., 2012).

● Sabanas tropicales: Son ecosistemas caracterizados por presencia de hierba y algunos árboles y arbustos dispersos, se encuentran principalmente en planicies de baja altitud (menores a los 400 msnm) en la región de la Orinoquía, la cual representa cerca del 50% del territorio nacional. Son áreas que comúnmente sufren de incendios forestales y tienen suelos poco fértiles. Estas áreas se ven afectadas principalmente por su uso indiscriminado para actividades agropecuarias, especialmente la ganadería (González et al., 2012; Mora-Fernández et al., 2015).

● Bosques secos tropicales: Representan alrededor del 3% de los bosques del mundo, donde las temporadas de lluvia son muy irregulares y, por ende, las temporadas de sequía condicionan las formas de vida del ecosistema, haciendo que la mayor parte de su flora sea endémica y con un alto riesgo de extinción. Los árboles suelen ser más bajos que los de los bosques húmedos y algunas adaptaciones de las plantas son el desarrollo de cortezas gruesas, hojas pequeñas, espinas y la pérdida de hojas durante las épocas de sequía. Estas características tan propias de este ecosistema hacen que sea altamente vulnerable a los cambios climáticos y a la acción humana, de hecho, se considera como el ecosistema más amenazado del país con tan sólo el 1% de su superficie original (González et al., 2012).

● Bosques de niebla: Son bosques que tienen una alta diversidad de especies, especialmente de flora y aves endémicas, considerándose el hogar del 11,6% de las especies de aves amenazadas de América. Se caracterizan por la presencia de humedad permanente en forma de nubes o niebla en la superficie, lo que los hace muy susceptibles a los fenómenos climáticos. Son ecosistemas de distribución fragmentada que prestan servicios a las comunidades locales al capturar, almacenar y liberar el agua (González et al., 2012; Morales & Armenteras, 2013).

Etter et al., 2017. Mapa de transformación de los ecosistemas

Amenazas

Actualmente, todos nuestros ecosistemas se encuentran amenazados por la expansión de la frontera agrícola, la erosión y el uso inadecuado del suelo, el desarrollo de proyectos de infraestructura, la minería legal e ilegal, los cultivos ilícitos y la deforestación (González et al., 2012) (Ver Expansión de la frontera agrícola y zoonosis).

Un estudio realizado en el año 2017 evaluó el estado y la transformación de los ecosistemas colombianos, determinando que el 44% de ellos se encuentra amenazado y con una capacidad limitada para prestar servicios a las comunidades, estando el 27% (22) en estado crítico (CR) y el 17% (14) en peligro (EN). El siguiente es un mapa construido por los mismos autores que permite observar los grados de alteración ecosistémica a lo largo de los últimos 50 años y una predicción para el año 2040 (Etter et al., 2017).

En conclusión, los colombianos somos privilegiados por contar con un territorio tan rico y diverso; sin embargo, es imperativo que nos hagamos conscientes de los recursos que tenemos y sobre todo de la necesidad de preservarlos. Todos los ecosistemas cumplen funciones que posibilitan el desarrollo de pueblos y ciudades, así que es nuestra responsabilidad que los cambios que generemos sobre estos no lleguen a ser irreparables.

Referencias

  • Colombia Co. (s.f). Colombia hace parte de los 17 países megadiversos del mundo. Julio 01, 2020, de Colombia Co
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  • Sistema de información ambiental de Colombia SIAC. (s.f). Ecosistemas de Colombia. Julio 01, 2020, de SIAC Ir a sitio web.
  • Etter, A., Andrade, A., Saavedra, K., Amaya, P., Arévalo, P. (2017). Estado de los Ecosistemas Colombianos: una aplicación de la metodología de la Lista Roja de Ecosistemas (Vers2.0). Informe Final. Pontificia Universidad Javeriana y Conservación Internacional Colombia. Bogotá, Colombia. 138 pp.
    Ir a sitio web.
  • González, M., García, H., Corso, G., Madriñán, S. (2012). Ecosistemas terrestres de Colombia y el Mundo. En J. A. Sánchez y S. Madriñán. (Ed.), Biodiversidad, conservación y desarrollo (pp. 69-83). Bogotá, Colombia: Ediciones Uniandes.
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  • Mora-Fernández, C., Peñuela-Recio, L., Castro-Lima, F. (2015). Estado del conocimiento de los ecosistemas de las sabanas inundables en la Orinoquia Colombiana. Orinoquia-Universidad de los Llanos. 19(2), pp. 253-271. Julio 05, 2020, De Scielo Base de datos.
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  • Morales, M., Otero J., Van der Hammen T., Torres A., Cadena C., Pedraza C., Rodríguez N., Franco C., Betancourth J.C., Olaya E., Posada E., Cárdenas, L. (2007). Atlas de páramos de Colombia. Instituto de Investigación de Recursos Biológicos
    Alexander von Humboldt. Bogotá, Colombia. 208 pp.
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  • Morales, M., Armenteras, D. (2013). Estado de conservación de los bosques de niebla de Los Andes Colombianos, un análisis Multiescalar. Boletín científico Museo de Historia Natural, 17(1), pp. 64-72. Julio 05, 2020, De Scielo Base de datos.
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  • Rangel-Ch, J.O., (2015). La biodiversidad de Colombia: significado y distribución regional. Rev. Acad. Colomb. Cienc. Ex. Fis. Nat. 39(151), pp. 176-200. Julio 05, 2020, De Scielo Base de datos.
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Si vas a citar este artículo:

Vélez, M. (Septiembre 14, 2020). Colombia: país megadiverso. Mapa animal. Recuperado de https://www.mapaanimal.com/la-naturaleza-y-sus-recursos/colombia-pais-megadiverso

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