Campo de acción profesional
Como es bien sabido, el inicio de la medicina veterinaria estuvo ligado a procesos de curandería y magia y porqué no decirlo, al tratamiento de patologías y eventos en humanos como la atención de partos y la certificación de decesos (Gómez et al., 2004)
No obstante, el ejercicio de cada disciplina fue evolucionando hasta definir claramente su área de aplicación y sus diferencias con otras ciencias, y fue en este proceso cómo se llegó al fenómeno conocido como “la especialización del conocimiento” el cual ha puesto de manifiesto una gran ambigüedad: el saber mucho de una temática específica nos lleva, en gran medida, a desconocer todo lo demás (Pérez, 2020).
La medicina veterinaria en la actualidad
Actualmente, el ejercicio de la medicina veterinaria ofrece un espectro amplio de posibilidades y en el que con más frecuencia del que se quisiera sucede el fenómeno antes descrito. Por un lado, están los que ejercen cuidando la sanidad y el bienestar de las pequeñas especies; es decir, los perros y gatos y que suelen abrir sus consultorios y/o clínicas con atención de 12 o 24 horas, brindando servicios de consultas, hospitalización, cirugía, imagenología, pruebas de laboratorio entre otras cosas. De otro lado, están los que prefieren dedicarse a las grandes especies, como los bovinos o los equinos. Con los primeros, hay quienes realizan asistencia técnica visitando predios asociados a la empresa con la cual estén trabajando, o hay otros que de forma independiente, se encargan de manejar los parámetros productivos y reproductivos de las ganaderías para lo cual programan visitas periódicas al hato. En el caso de los equinos, muchos se han dedicado a aplicar grandes conocimientos de medicina interna para poder atender urgencias como cólicos, cojeras y dificultades en el parto. En adición, están los que prefieren trabajar en grandes producciones de aves de postura o engorde, o en granjas de cerdos, vigilando muy de cerca sus parámetros sanitarios.
Foto tomada por: Juan Felipe Arroyave
Foto tomada por: Juan Carlos Toro
Un menú con más opciones...
Ahora bien, es importante aclarar que el perfil del médico veterinario actual no es sólo el de aquel que atiende “las especies tradicionales” como los perros, gatos, vacas o caballos. No hay nada de malo en ello; por el contrario, lo interesante de esta profesión es su diversidad, por eso la invitación es a ampliar el menú y a construir un rol mucho más completo. En este orden de ideas, actualmente hay veterinarios dedicados a estudiar el comportamiento de los animales, principalmente en felinos domésticos y caninos, a los que se les conoce como etólogos (Tami, 2020) y en los que además, hay diferentes formas de trabajo y corrientes de pensamiento. También y como forma de complemento a lo anterior, están los adiestradores, enfocados principalmente en los perros para enseñarles a acatar órdenes o desarrollar habilidades específicas (Benítez, 2016). Claro que, idealmente, el etólogo debe tener como formación previa la medicina veterinaria puesto que así será más fácil determinar si los problemas conductuales observados derivan de algún fallo orgánico de base.
Sumado a lo anterior, hay un gran número de colegas que, aunque no están realizando la atención de los pacientes, están en los laboratorios, procesando las muestras de sangre, orina o materia fecal para arrojar resultados confiables y que complementen el diagnóstico. Otros, son expertos realizando ecografías y han encontrado en la imagenología un aliado estratégico para brindar un servicio de interconsulta. Además, hay quienes se han dedicado a impulsar el marketing veterinario.
Adicionalmente, hay un gran número de profesionales amantes de la fauna silvestre dedicados a realizar trabajos que van desde ejercer en zoológicos o reservas y velar por la salud de todos los animales que allí residen, trabajar con cetáceos y tortugas marinas, atender diferentes especies de aves, reptiles y mamíferos que han sido víctimas del tráfico ilegal, hasta poner en práctica protocolos de ahuyentamiento y reubicación en obras de construcción para que los animales no sufran ninguna lesión. También están aquellos interesados por el manejo de colecciones de peces ornamentales y, por asuntos relacionados con la pesca sostenible, las comunidades costeras, las políticas de pesca y el mar como fuente de proteína.
Foto tomada por: Maria Paula Vélez
Foto tomada por: Tania Baltazar
Haríamos mal en olvidar a los que hacen docencia e investigación, a todos aquellos que les apasiona la biología molecular, la parasitología, epidemiología, la salud pública. Incluso a los que hacen inspecciones en las plantas de beneficio o a quienes han decidido hacer parte del sector comercial ya sea como visitadores médicos o a los que trabajan en agropecuarias haciendo de todo un poco. Hay que pensar también en aquellos que están realizando labores en albergues o Centros de Bienestar Animal, los que llevan a cabo las famosas y necesarias jornadas de vacunación antirrábica y de esterilización, los que están ocupando cargos en instituciones gubernamentales, los dueños de empresa o los que simplemente no están ejerciendo porque sus decisiones personales los han situado en algún otro escenario.
Foto tomada por: Carolina Henao
Una ciencia llena de opciones y algún amigo para resolver preguntas incómodas
Por todo lo expuesto anteriormente, la medicina veterinaria es una ciencia llena de contrastes, y que como se dijo en un principio, si no fuera por el fenómeno de la especialización del conocimiento, abordarla sería un caos monumental.
Por eso es que los que ejercen en pequeñas especies solo saben de perros y gatos y los que ejercen en bovinos, tienen su área de dominio ahí; sin embargo, con frecuencia a todos nos hacen preguntas tan variadas que solemos tener que recurrir a la ayuda de los amigos para salir adelante. De hecho, si en este momento nos preguntaran algo de cerdos, diríamos que solo recordamos la duración de la gestación y eso porque el profesor lo repitió tanto en clase que la información se almacenó en nuestro disco duro. Eso sí, conocemos un gran amigo que sabe mucho, muchísimo de cerdos!
Referencias
- Gómez, M. Villamil, LC. Ariza, N. et al. (2004). Salud Pública Veterinaria en Colombia. Pasado, Presente y Futuro. 24 de julio de 2020, de OPS Colombia
- Pérez, L. (2020). El problema de la especialización del conocmiento . 1 de agosto de 2020, de FINACOTECA
- Tami, G. (2020). ¿Qué es la etología canina?. 1 de agosto de 2020, de Affinity
- Benítez, A. (2016). Adiestramiento canino, educación canina, etología canina ¿Qué es qué?. 1 de agosto de 2020, de simiperrohablara.com
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