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¿Cuál es mejor: el propietario que abandona o el que ama en exceso y humaniza?

Para empezar, los extremos siempre son peligrosos; por tanto, en un escenario perfecto ninguna de las dos posiciones es ideal pues ambas son bastante problemáticas. Según la RAE (Real Academia Española), un propietario es todo aquel que tiene el dominio sobre algo o alguien (RAE, 2020) y para el caso de los animales aplica muy bien.

De familias numerosas a familias multi-especie

Normalmente, y alejándonos de la medicina veterinaria, mantener posiciones equilibradas es complejo pues eso de los términos medios es difícil de asumir. Ahora, cuando de interactuar con los propietarios de animales se trata, la variedad de personalidades tanto de los primeros como de los segundos es variada. Actualmente, en Colombia las familias numerosas han disminuido en relación a otras épocas; sin embargo, la necesidad de relacionarnos y establecer vínculos afectivos permanece, hecho que ha generado que se esté usando el calificativo de “familia multi-especie” para hablar de núcleos familiares compuestos por humanos y caninos o felinos domésticos (Periodista, 2020).

Hablemos de cifras

Según datos recopilados por Kantar World Panel, con esta reconfiguración de las características del hogar colombiano, se estima que 3’692.365 millones de familias han reportado vivir con un animal de compañía, de las cuales el 22,3% tienen gato, el 66,3% perro y el 17,4% restante dice poseer ambos (Periodista, 2020). Este hecho llevó a concluir que 6 de cada 10 hogares tiene alguna de estas mascotas (Benavides, 2019). Además, según muestreos realizados por BrandStrat, las ciudades que presentan un mayor número de tenencia de este tipo de animales son Bogotá, Medellín y Cali (Periodista, 2020).

“Tribilin” a los 3 meses. Foto tomada por: Manuela Echeverri

“Tribilin” a los 12 años. Foto tomada para Manuela Echeverri

Tipo de propietarios

En medio de la tendencia de familias multi-especie lo más normal es encontrar todo tipo de propietarios; los hay tranquilos, impacientes, “sabelotodos”, amables, educados, unos no tan educados (eso sí, acá la educación no está íntimamente ligada a la trayectoria universitaria, cantidad de artículos publicados o reconocimientos empresariales, hablamos de normas básicas de educación como saludar, decir por favor y/o gracias), incluso la variedad es tal que tenemos los que se van sin pagar y dejan abandonadas sus mascotas en las clínicas, centros o consultorios veterinarios…

Los propietarios que abandonan

De hecho, esta práctica es tan común que, dentro de las razones que han declarado algunos propietarios para hacerlo están: los cambios de domicilio, problemas económicos, las camadas inesperadas, cambios en el comportamiento y la edad del animal (Fundación Affinity, 2020; Capó et al., 2005). En realidad, han sido varios los gobiernos en diferentes lugares del mundo que han abordado la problemática de los abandonos de caninos y felinos domésticos, para lo cual se han implementado estrategias como la implantación del chip de identificación; sin embargo, en esta ocasión no nos referimos a este tipo de abandono, sino al que es realizado cuando el supuesto propietario lleva a su mascota a un centro veterinario y aporta datos como nombre, dirección y número de teléfono falsos y por si no le bastara, la deja en sesión de peluquería u otro procedimiento, para nunca más volver. Ante un evento como este, que es más usual de lo que se cree, los médicos y auxiliares veterinarios quedan ante un caso más de abandono y ante la tarea cuasi obligatoria de buscar un adoptante.

Cachorros abandonados en una clínica veterinaria. Foto tomada por: Maria Paula Vélez

Tocando puertas

Médico veterinario que se respete ha tenido que recurrir a su círculo primario: familiares, amigos y conocidos para que alguien “de buen corazón” decida adoptar a un recién abandonado. Usualmente la reacción de las personas que nos conocen es simple: “ay no, ¿en serio lo abandonaron? ¡Qué pesar!” “¿otro perro?, ¿otro gato?” “si llevo uno más a mi casa me echan”, “está precioso(a), pero en serio, no puedo” “que lindo (a) ojalá encuentre casa pronto” y así de la nada, pasamos a responsabilizarnos de un animal, a veces geriatra (viejito), enfermo, o en perfectas condiciones, pero que en ningún momento elegimos tener y que claramente era la responsabilidad de alguien más, de ese que no dudó en irse y no regresar.

Perro geriatra abandonado y en una jornada de adopción. Foto tomada por miembros de la fundación promotora del proceso de adopción

¿Y el que ama en exceso y humaniza?

De otro lado, así como están los que abandonan, los hay que aman hasta el punto de humanizar a sus animales pensando que “lo que es bueno para una persona, lo es para su mascota” y por tanto creen que suministrarles dietas con aportes calóricos mayores al necesario es un sinónimo de protección y amor, pero esto sólo lleva al sobrepeso y otras patologías asociadas. Además, hay quienes creen que administrarle los mismos medicamentos que consumen las personas en casos de dolor (Capó et al., 2005); por ejemplo, dolex o acetaminofén, es una buena alternativa; pero es importante tener en cuenta que, esto es perjudicial tanto para los gatos como para los perros. Adicionalmente, en algunas ocasiones hay quienes creen que perforarles las orejas y pintarles las uñas se ve muy de tendencia, pero ¿será acaso esta una actitud muy acorde a la fisiología animal?

¿Qué elegir?

Entre un extremo y otro, ninguno. Claro que como se dijo al principio, lo ideal es la posición del medio, un propietario que se responsabilice por sus animales desde cachorros hasta su muerte, que esté pendiente de sus chequeos sanitarios, su alimentación acorde a su edad, raza y etapa de la vida. Del mismo modo, lo ideal sería que todos los animales tuvieran un hogar, que ninguno conociera el abandono y que los propietarios se informaran lo suficiente antes de tener un gato o un perro, pues de lo contrario no podrán asumir de manera responsable y adecuada un compromiso que es a largo plazo.

Referencias
  • Real Academia Española. (2020). Dueño, ña. Febrero 14, 2021, de Asociación de Academias de la Lengua Española

  • Periodista. (2020). Un nuevo hogar colombiano. Febrero 15, 2021, de PetIndustry

  • Benavides, L.M. (2019). Seis de cada diez hogares del país tienen mascota según Brandstrat. Febrero 15, 2021, de La República

  • Fundación Affinity. (2020). Las cifras del abandono de perros y gatos aún está lejos de descender. Febrero 21, 2021, de Fundación Affinity

  • Capó et al., (2005). Aplicación de la bioética al bienestar y al derecho de los animales. Madrid: Ed. Complutense, S.A.

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