Foto tomada en un Mercado de Lima, Perú por Manuela
Echeverri
En este lineamiento, en que se han planteado preguntas como por ejemplo: ¿cómo seleccionar los recursos en función de sus aportes nutricionales?, ¿Cómo mejorar los medios de producción para incrementar las cantidades obtenidas?, ¿de qué forma se podría optimizar el aprovechamiento del mar?
Actualmente, una situación que la mayoría de las profesiones reconoce es el aumento continuo de la población humana, lo cual ha llevado a la aparición de problemáticas, entre las que se destaca la insuficiencia de recursos alimentarios, especialmente de tipo proteico.
Según las proyecciones realizadas por la FAO, para el 2050 el crecimiento de la población humana estará cercano a los 9 mil millones de habitantes, lo cual supondrá que la producción de los alimentos deberá ser incrementada en un 70% (Betancur et at., 2018).
En un contexto general, los tres elementos principales mediante los cuales se podrá lograr o no ese incremento en la producción, serán: la disponibilidad de tierras, agua y tecnología, y claramente, la propiedad sobre esos recursos. Con respecto al primer elemento, sólo hay tierras disponibles en algunos países de América Latina y de África Subsahariana; por el contrario, y ante la ausencia de éste, en otras naciones como las del norte de África y algunas asiáticas se está recurriendo al mejoramiento de las prácticas intensivas de producción (FAO, 2002).
Foto tomada por: Manuela Echeverri
En un contexto general, los tres elementos principales mediante los cuales se podrá lograr o no ese incremento en la producción, serán: la disponibilidad de tierras, agua y tecnología, y claramente, la propiedad sobre esos recursos. Con respecto al primer elemento, sólo hay tierras disponibles en algunos países de América Latina y de África Subsahariana; por el contrario, y ante la ausencia de éste, en otras naciones como las del norte de África y algunas asiáticas se está recurriendo al mejoramiento de las prácticas intensivas de producción (FAO, 2002).
En un contexto amplio, el concepto de seguridad alimentaria es multidimensional ya que abarca aspectos como: la disponibilidad de los alimentos, entendida como que debe haber suficiente cantidad para satisfacer la demanda, el acceso y la estabilidad, aludiendo a, por un lado, la utilización netamente biológica del recurso y por otro, a que ni siquiera las etapas de crisis podrán poner en peligro el derecho a disponer de los alimentos adecuados (Díaz et al.,2014)
En este orden de ideas, es importante mencionar que la producción de los alimentos debe cumplir con unas normas básicas que aseguren su calidad e inocuidad y, esto debe ser una obligación no relacionada con los volúmenes de producción. En este sentido, la calidad puede ser valorada en términos como las características organolépticas (Díaz et al., 2014). Además, existen varios sistemas para asegurar su calidad sanitaria como: las Buenas Prácticas de Manufactura (BPM), los Puntos Críticos de Control (HACCP) y los Procedimientos Operativos Estandarizados de Sanitización (POES) (FAO, 2001).
Todo lo anterior es de gran importancia debido a que ya es ampliamente conocido que se han presentado brotes relacionados con Enfermedades Transmitidas por Alimentos (ETA’s), en donde los patógenos comúnmente aislados son bacterias del tipo Gram negativas como la Salmonella sp., la E. coli y el Campylobacter sp. En cuanto a la Escherichia coli, la cepa 0157:H7 es una de las más peligrosas puesto que es capaz de producir diarreas de tipo hemorrágico (CDC, 2018). También se ha reportado la infección por parásitos como el Toxoplasma gondii, la Taenia solium y el Clonorchis sinensis, además de las aflatoxinas y el cianuro (OMS, 2015). En Estados Unidos, por ejemplo, se han llegado a estimar 76 millones de casos anuales relacionados con este tipo de intoxicaciones lo cual supone 325.000 hospitalizaciones y 5.000 fallecimientos (Alerte et al., 2012). Esto demuestra que la trazabilidad en la producción alimentaria es un asunto crítico y que el manejo industrial que se le está dando a los alimentos puede producir contaminaciones cruzadas con todo tipo de patógenos.
Ante casos donde los aislamientos de microorganismos como los anteriormente descritos son confirmados, vale la pena formularse una serie de preguntas como ¿cuáles son esos pasos que se han tenido que dar para que cada consumidor pueda satisfacer sus caprichos continuos?, ¿cuál es el precio desde el punto de vista social, ecosistémico y de bienestar animal al que se está recurriendo para garantizar el aumento de la producción? (Ver Expansión de la frontera agrícola y zoonosis).
Una primer respuesta sería tratar de recordar que, con la revolución industrial y la aparición de nuevas tecnologías la producción en serie se adueñó de la mayoría de procesos productivos (FAO & Garzía, M, 2004), lo que llevó a que una gran variedad de empresas buscaran a como diera lugar aumentar sus producciones y el margen de rentabilidad, recurriendo a prácticas como mentir frente a lo que ofrecen y cobran, generando una profunda desconfianza entre los consumidores y a que este tipo de prácticas se tipifiquen como delitos alimentarios (López, 2016). Pero tampoco se puede desconocer que el problema no solo radica en la producción en serie y la falta de control sanitario, sino en la necesidad inminente de erradicar el hambre, y es justo ahí donde está la complejidad del asunto…
Echeverri, M. (Septiembre 13, 2020). El crecimiento poblacional, los requerimientos proteicos y las cadenas de suministro. Mapa animal. Recuperado de https://www.mapaanimal.com/problematicas-actuales/el-crecimiento-poblacional-los-requerimientos-proteicos-y-las-cadenas-de-suministro
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