Para empezar, es importante mencionar que los tiburones son animales poco carismáticos, ya que la mayoría de las personas tienen una imagen no muy amable de ellos; sin embargo, es preciso resaltar que cumplen una función imprescindible en el ecosistema marino (Ver Ecosistemas marinos), ya que al ser los grandes depredadores del mar mantienen el equilibrio en la cadena alimentaria consumiendo especies que son abundantes y, sobre todo, algunas que pueden estar enfermas y débiles como ciertos peces (Mediaset, 2013).
En algunos lugares el consumo de la carne de tiburón es concebido como el de otra proteína, y en otros países, las ganas de demostrar estatus, dinero y poder, han llevado a hacer cosas salidas con un costo ambiental muy alto. Este es el caso de los países asiáticos, principalmente de China, Hong Kong, Singapur e Indonesia, en donde el consumo de la sopa de aleta de tiburón se ha relacionado con demostrar prestigio. Históricamente, este plato se sirvió por primera vez en China, en el siglo X, cuando se le sirvió al emperador Song y a partir de este momento, las clases altas empezaron a incluirlo en su dieta alimentaria (Lagalla, M. 2017).
Mercado chino en Singapur en el que se venden aletas de tiburón. Foto tomada de Unsplash
Usualmente, esta es una preparación que tiende a consumirse en la celebración del año nuevo chino, pues en este caso, su consumo está asociado a traer prosperidad y felicidad. Además, es un plato que también se sirve en celebraciones como cumpleaños y matrimonios porque en este caso, es símbolo de respeto de los anfitriones hacia los invitados (Lagalla, M. 2017).
Aunque algunas personas promocionan esta preparación y la ofrecen como si fuera “la solución a todos los problemas”, personalmente tengo mis reservas. Por ejemplo: se ha llegado a decir que el consumo de esta sopa no sólo es símbolo de prestigio, sino que aportar múltiples ventajas a la salud porque las aletas tienen un gran aporte de proteína, calcio y fósforo, lo cual favorece el aumento de la masa muscular. Además, se ha recurrido a decir que las aletas de tiburón actúan como un gran inhibidor tumoral, anti-inflamatorio y analgésico (Justicia, F. 2019) y, por si fuera poco, se le han atribuido propiedades afrodisíacas y contra el envejecimiento (Pavés, 2021).
Foto tomada por: Manuela Echeverri
Para empezar, debemos analizar que el ingrediente principal y más controvertido de esta sopa es una aleta, y esta está compuesta por tejido cartilaginoso. Si te cuesta imaginar qué es un tejido cartilaginoso, puedes tocarte tus orejas y reflexionar al respecto, pues las orejas también están compuestas por este tipo de tejido. Entonces, puede ser cierto que el contenido de colágeno sea elevado y algunos reportes refieren que el contenido de calcio y fósforo también lo es; sin embargo, hasta el momento las propiedades de inhibidores tumorales, analgésicas y anti-inflamatorias no han sido muy concluyentes. Por último, que se use como un afrodisíaco, es una cuestión sumamente personal y en el que la sugestión y los patrones culturales intervienen fuertemente.
En realidad, no sé si sabe bueno o no. No la he probado y no me gustaría hacerlo. No me sentiría cómoda. En cuanto a su preparación, para darle textura y que sea una sopa “espesa”, se le adiciona harina, clara de huevo, cangrejo, salsa de soya e incluso pollo (Lagalla, M. 2017).
Un punto muy importante que se debe tener presente es que, al ser los grandes depredadores del océano, los tiburones están en el nivel más alto de la cadena trófica; esto supone que la acumulación de metales pesados como el mercurio es mucho mayor en ellos que en aquellos animales que se encuentren ubicados en los niveles más bajos de la cadena. Además, el consumo de altos niveles de mercurio en los humanos se ha asociado con dolores de cabeza, temblores, insomnio y otras alteraciones neurológicas (Organización Mundial de la Salud, 2017).
Foto tomada por: Manuela Echeverri
Lastimosamente, que en algunos países sea común consumir este tipo de platos, tiene un impacto directo sobre la forma en que los pescadores conciben las especies, pues saben que es mucho más rentable vender algunas que otras y que, en casos específicos como los tiburones, vender las aletas puede resultar mucho más ventajoso. Incluso se ha llegado a determinar que un pescador puede recibir 12 USD por cada kg de aleta vendido, fomentando una práctica conocida como el aleteo o finning (Álvarez, J, 2016). Una de las causas de la disminución de los tiburones en el mar.
Debido al interés particular que ha surgido en obtener las aletas de tiburones, los pescadores han recurrido a pescar los animales, cortarles las aletas y, en la mayoría de los casos, devolverlos vivos al mar. Claro, los tiburones terminan muriendo ya que las aletas una vez cortadas no se regeneran y los animales no pueden sobrevivir en ese estado.
Créditos a quien corresponda
Lo primero, es no consumir un plato como este porque estamos incentivando la captura de diferentes especies de tiburones para satisfacer la demanda de las aletas, y lo segundo, fomentar el conocimiento del rol que cumplen estos animales en el ecosistema marino, desligándonos de esas imágenes catastróficas mostradas en las películas.
Con seguridad, del Amazonas hemos oído decir que “es el pulmón del mundo”, “es el río más caudaloso y largo”,...
Hablar de mataderos o como dirían algunos de forma mucho más sofisticada y técnica “plantas de beneficio” no es el...
Puede que para muchos, el título de este artículo les permita tener la imagen de unos peces coloridos nadando en...